sábado, 24 de marzo de 2012

Pavlova


El fin de semana pasado hice tocinillo de cielo. La receta original se hacía con 12 yemas de huevo, pero yo ni quería ni necesitaba tanto tocinillo, así que reduje a la mitad la receta, por lo que terminé con 6 claras de huevo. Para no desperdiciarlas hice esta Pavlova.
Debo decir que no estoy 100% satisfecha con su aspecto, pero su sabor compensaba cualquier defecto estético. Esta receta me la pasó mi querida amiga Tere, la responsable de que siempre lleve un trocito de Chile en el corazón. La única variación es que he usado 6 claras de huevo en lugar de 4.
El relleno es una capa de leche condensada con zumo de limón, a continuación algunos fresones en rodajas y, finalmente, un poco de nata montada, pero podéis añadir cualquier otra fruta de temporada.
Aparentemente este postre fue creado en honor de la bailarina rusa, Anna Pavlova, ya sea durante o después de uno de sus viajes por Australia y Nueva Zelanda en 1926; pero para mí siempre será la Pavlova de LaTere.
Ingredientes
  • 4 claras de huevo grandes
  • 250 g de azúcar (preferentemente superfina)
  • ½ cucharadita de extracto puro de vainilla
  • 1 cucharadita de vinagre blanco
  • 1 cucharadita de maicena (harina de maíz)
Relleno o Topping
  • Nata montada
  • Fruta fresca de temporada, fresones, kiwis, melocotones, etc
  • Leche condensada con zumo de limón

Procedimiento
Precalentamos el horno a 130 º C (250 º F) y colocamos una bandeja en el centro del horno. Cubrimos una bandeja para hornear con papel antiadherente (pergamino) y dibujamos un círculo de unas 7 pulgadas (18 cm) en el papel.
Batimos las claras a velocidad media hasta que se formen picos suaves. Empezamos a añadir el azúcar, una cucharada a la vez, y continuamos batiendo, a velocidad alta, hasta que el merengue forme picos duros y brillantes. Añadimos el extracto de vainilla. Rociamos el vinagre y la maicena y, con una espátula de goma, mezclamos suavemente.
Colocamos el merengue sobre el papel dentro del círculo, intentando que los bordes queden un poco más altos que el centro para poder colocar la crema batida y frutas. También se pueden hacer varios merengues individuales.
Horneamos durante 5 minutos a 130 º C, luego bajamos la temperatura a 120 ºC y continuamos la cocción durante 50 minutos más o hasta que el exterior está seco y sea de color crema muy pálido. De acuerdo a la australiana Stephanie Alexander “si gotas de almíbar se forman en la superficie del merengue, usted sabrá que lo ha cocido demasiado, líquido saliendo del merengue es un signo de cocción insuficiente” ((The Cook’s Companion).
Apagamos el horno, dejamos la puerta entreabierta, y esperamos a que el merengue se enfríe por completo dentro del horno (por lo menos tres horas o toda la noche). El exterior del merengue ha de sentirse firme al tacto si se presionan suavemente, pero a medida que se enfríe se resquebrajará un poco y podremos comprobar que su interior es suave y con una consistencia de nube (marshmallow).
El merengue ya frío se puede almacenan en un lugar fresco y seco, en un recipiente hermético, por unos días.
Después de rellenarlo o cubrirlo con la fruta, debemos servirlo inmediatamente, ya que este postre no se conservará muchas horas, porque el merengue empezará a absorber el zumo de las frutas.
Rinde 6 a 8 porciones.

¡Qué aproveche!

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