miércoles, 6 de marzo de 2013

Roscón de Reyes

Este año me propuse hacer el roscón yo misma y tras algunos baches en el camino, no sólo tuvimos roscón el 6 por la mañana, si no que merendamos roscón el 5 por la tarde tras ver la cabalgata, con chocolate caliente estilo panameño para entrar en calor.

Con estas cantidades tendréis suficiente masa para hacer 2 roscones de buen tamaño. Espero que los disfrutéis y que tengáis un día de Reyes muy bonito.

ESP

Ingredientes
  • 500 g de harina de fuerza
  • 15 g levadura fresca
  • 150 mililitros de leche
  • 2 ó 3 huevos dependiendo del tamaño (no debemos sobrepasar los 170 g)
  • 120 g mantequilla en pomada
  • 12 g de sal
  • Frutas escarchadas al gusto (naranja, calabaza, guindas, melón….)
  • 125 g azúcar
  • 1 cucharada de ron
  • 2 cucharadas de agua de azahar
  • Ralladura de 1 naranja y 1 limón

Procedimiento

Diluimos la levadura en 100 ml de leche templada. Ponemos en un cuenco 150 g de la harina y vamos incorporando la leche con la levadura, formando con la punta de los dedos una bola de masa que, aunque es pegajosa, se debe desprender con cierta facilidad. Con la punta de un cuchillo hacemos una cruz en la masa y cubrimos con una servilleta humedecida o con un film y la dejamos que repose en un sitio sin corrientes y no muy frío para que la masa crezca. La masa debe aumentar dos o tres veces de tamaño y la cruz se borrará cuando haya levado lo suficiente (un par de horas aproximadamente). Esta masa será nuestra masa madre o masa de arranque.

Cuando estemos listos para continuar, batimos los huevos y añadimos el ron, la sal, el azúcar, el agua de azahar, los 50 ml de leche restantes, la mantequilla y la ralladura de naranja y limón.

En otro bol colocamos la harina restante (350 g) y con la ayuda de una espátula añadimos poco a poco la mezcla anterior, dando vueltas hasta conseguir una masa fina y elástica. Ahora incorporamos la “masa madre” que ha estado reposando y las mezclamos bien.

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Amasamos con energía la masa resultante, golpeándola contra la mesa, durante unos 20 minutos. La mezcla es muy pegajosa y parece que nunca vaya a adquirir la textura necesaria, pero con paciencia y añadiendo muy poquita harina de vez en cuando (y sólo si empezamos a perder las esperanzas) al final la masa se podrá trabajar y adquirirá una textura homogénea, elástica y se despegará con facilidad de la superficie de trabajo (preferiblemente un mármol o un tapiz de silicona).

Una vez alcanzado este punto, la masa debe reposar nuevamente hasta aumentar dos o tres veces de tamaño (tener en cuenta utilizar un bol suficientemente grande para que no rebose, taparla bien con film y cubrirla con un paño). Yo dividí en este momento la masa en dos y las coloqué en cuencos distintos. Y las dejé que subieran toda la noche. Al día siguiente por la mañana (hoy) las volví a amasar, formé los roscones y dejé que subieran otra vez unas cuantas horas. Pero si no queréis hacer los dos roscones de una vez, podéis congelar parte de la masa o meterla en la nevera para ralentizar o detener el proceso.

Justo antes de irnos a la cabalgata horneé uno de los roscones (el que nos comimos para merendar a la vuelta) y el otro acaba de salir del horno hace nada. Pero no nos adelantemos…
Transcurrido el tiempo de levado, con las manos untadas con aceite desinflamos la masa con los puños, amasamos ligeramente y, formamos el roscón.

Hay dos formas de formar el roscón:
  1. Formamos una bola con la palma de la mano y la hacemos rodar formando círculos (bolear). A continuación hacemos un agujero en el medio con los dedos pulgar e índice y vamos abriendo el agujero mientras giramos para que no se rompa.
  2. Después de bolear, formamos un rulo largo que luego unimos por los extremos.
Con el roscón ya formado, tapamos con un paño y dejamos nuevamente crecer con el mismo criterio que antes (duplicar tamaño), pero esta vez ya sobre la placa de horno.
Precalentamos el horno a 180 ºC (350 ºF).

Finalmente, pintamos con huevo batido mezclado con un poco de leche, decoramos con las frutas escarchadas, almendra y azúcar humedecido.

Horneamos el roscón durante unos 25 minutos. Dos aspectos importantes en este momento son:
  • Primero, colocar el roscón en la zona baja del horno para que no se dore demasiado rápido. Si hace falta hacia el final se puede subir un poco para que termine de dorarse
  • Segundo, es conveniente colocar un recipiente o bandeja con agua en el horno para que el roscón no se reseque en exceso.
Adaptado de roscondereyes.net

Para ver otras recetas similares a esta, os recomiendo los blogs de mis amigas Tanya y Barbara. Allí encontraréis un roscón con cierto aire Británico y la receta para el “roscón” que suele tomarse en Suiza por estas fechas. Ambos con una pinta espectacular.

Casi lo olvido, el roscón de reyes suele rellenarse con nata montada o crema pastelera, en la actualidad también con moka o chocolate, y se introducen en su interior “sorpresas” que descubren los niños al comer. Si te toca una figurita, entonces eres el Rey o la Reina por ese día, si te toca un haba, tendrás que pagar el roscón (el siguiente, asumo).

¡Qué aproveche!

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